viernes, 26 de septiembre de 2014

LA PRESTIDIGITACIÓN DE LAS NECROLÓGICAS.


Hace años, el Times de Londres decidió que en sus necrológicas pintaría al muerto como lo que realmente había sido en vida: si era un santo, como un santo; si un canalla, como un canalla.

Aquí, las necrológicas tienen facultades asombrosamente mágicas. Nosotros presentaríamos a Atila como el gran secularizador del mundo y a Judas, como el ejecutor de las profecías. Entre nosotros, las necrológicas convierten a los mezquinos en altruistas, a los bellacos en venerables señores y a los casanovas licenciosos en beatos caballeros. .

Cuando los señores feudales morían, sus panegíricos no los pronunciaban aquellos a quienes había decapitado y exiliados, sino los mediocres lisonjeros a quienes había encumbrado. Cuando los tiranos morían, no construían sus túmulos con los cadáveres de sus genocidios, sino con piedras alzadas sobre el hambre de su pueblo.

Cuando uno ha escuchado lo que ha escuchado y visto lo que ha visto, sólo puede ver ARTE DE PRESTIDIGITACIÓN en las necrológicas que se publican hoy.